Estos tres días juntos fue un tiempo que disfruté plenamente al
escuchar sus historias, sus sueños, sus aportes que me enriquecen y me
hacen crecer. Estoy seguro que este proceso educativo en la maestría
de consejería, es un tiempo de crecimiento, siembra y cosecha. Doy
gracias a Dios por sus vidas y porque en medio de sus propósitos nos
ha permitido encontrarnos.
He disfrutado plenamente las clases. Creo que fuimos expuestos y
confrontados a nuestro sistema de creencias, paradigmas y filosofía
para movernos hacia la vida plena. Pienso en que tenemos el poder y la
capacidad de buscar nuestro bienestar y contribuir por medio de
nuestra preparación a la sanidad en las diversas dimensiones que nos
constituyen como seres humanos tanto a nosotros como a otros. Este es
un tiempo ciertamente donde muchas personas viven en soledad,
enfrentadas a vacíos existenciales y en ocasiones agobiadas por la
desesperanza. Pero es en medio de estos contextos donde podemos ser
"sal y luz", según las palabras del evangelio para ayudar a que las
personas se iluminen, encuentren el camino hacia la plenitud y el
desarrollo. En palabras de nuestro profesor el Dr. Montilla, que
encuentren el camino del florecimiento.
Se que todas las personas involucradas en este proceso de aprendizaje,
hemos sido confrontadas con nuestros temores. Algunas personas no
tienen trabajo y para otras el tiempo, los recursos y muchos otros
desafíos son realidades que les preocupan. Sin embargo en esta
comunidad que hemos comenzado a construir, es importante darnos apoyo,
acompañarnos, darnos ánimo y ser solidarios para llegar a nuestra
meta.
Estoy contento y satisfecho por encontrarme con Uds. Somos personas
dinámicas, emprendedoras y profesionales exitosos. Haber comenzado es
importante, pero el reto es seguir caminando en las metas concretas
que nos hemos propuesto. Me he dispuesto para disfrutar este momento
de nuestras vidas, porque este no es solamente un espacio para el
conocimiento si no también para crecer en la fe, en humanidad, en
servicio. Me gusta la palabra del Dr. Cortez, invitándonos ser
co-creadores con Dios y abrir caminos para aportar al cambio de las
esctructuras opresoras que limitan la dignidad de la vida humana. Para
ello es importante ser coherentes con lo que pensamos, decimos y
hacemos. Asumir nuestras propias responsabilidades, hacer lo que nos
corresponde e influir de manera sabia en los sistemas donde nos
movemos.
Cuenten con mi amistad y solidaridad en este camino en que estoy
seguro alcanzaremos nuestras metas.
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